Ya no somos tan jóvenes
Fecha de publicación: Julio 2015
Longitud aproximada: 170 páginas
Sinopsis:
Ana había llegado a
ese momento de su vida en que una sabe que ya todo irá bien, que nada cambiará.
Después de más de 20 años junto a Jorge, después de haber superado crisis y
haber llegado a la madurez, comprende que esto es la felicidad, pues está
“superenamorada” de él. De modo que decide centrarse en su trabajo con la
certeza de que nada nuevo ocurrirá. O tal vez sí…
Mi pequeña Opinión
Este libro llegó a mí
después de una aventura que ni os imagináis, la cual incluía una búsqueda del
libro escondido por el recinto de la Magdalena en plena noche y los mensajes
por WhatsApp del grupo animándome y dando instrucciones. Gracias Mary Ann por
apiadarte de mí, jajajajjjj, y recompensarme con Ya no somos tan jóvenes. Prometo no hacer más locuras y, a partir de ahora,
solo me aventuro al cafetito y la buena charla en el Sardinero, y si es en tu
compañía mejor aún <3
El libro me ha sorprendido,
me ha gustado pero el final se me ha hecho muy perfecto. Y explico el porqué.
Sorprendida y mucho por el lenguaje, la forma de expresarse de Mary es
sencilla, llana, coloquial y a veces, soez (sin ser desagradable). No se
entretiene en buscar metáforas y desviar con recursos, al pan, PAN. Y
me encanta jajajjjj. Me gusto muchísimo cuando Adrian se llama gilipollas, así,
sin tapujos, “¡Seré gilipollas!”, incluso dedica ese título a uno de los
capítulos, pero es que yo soy muy así también, quien me conoce sabe que hablo
sola muchas veces. Me gusta cómo se expresan sus personajes.
Sorprendida también por el
erotismo. Aunque en la portada del libro no lo parezca (si en la contraportada)
el libro se enclava en el género erótico, y sabe respetar los tiempos y los
momentos sin resultar cargante o forzado. La personalidad de ambos
protagonistas da juego a ello y ha sabido exprimirlo. Ana es una mujer madura
con una vida ya hecha que decide soltarse la melena de una vez, y aunque al
principio así parecía, poco a poco la vi cada vez más reprimida y confusa.
Adrian es un hombre soltero que disfruta de su libertad y de su sexualidad y
que hará que Ana “despierte” de un largo sueño. Me gusta este tipo, me gustó
meterme en su cabeza de vez en cuando y ver las cochinadas que pensaba
jajajajjjj, aunque se me quedaron algunas dudas con él en cuanto a su pasado,
pero sin más importancia. Y Jorge, uffff, ese hombre me descoloco totalmente,
¡¡no tiene sangre en las venas!! me desesperaba y al mismo tiempo me hacía
dudar. Me he creado toda una serie de posibilidades en mi cabeza para él (te
podía haber ayudado en la trama ;) que espero resolver en el próximo libro, ¿Quién diablos es Jorge?, título que le viene que ni pintado por qué no tuve
narices de descifrarlo.
Y el final, es lo único que
me ha fallado. Mary Ann, te pasaste un pelín echando pintura rosa. Esperaba más
tensión, más problemas, más acción y menos dudas en Ana. Quizás era tirarse
demasiado a la piscina, y yo también soy un poco macarra y me gusta el
conflicto, por que como bien dices, ya no somos tan jóvenes y no estamos para
perder el tiempo.
Me ha gustado, espero que
Jorge sea igual de soez (y le guste darle al pan) y por fin pueda entender a
ese bendito misterio que se trae.
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