sábado, 27 de septiembre de 2014

MI NOVELA

Hola:
Después de un año de ilusiones, sueños y fantasías, después de haber querido (y no podido) publicar en alguna editorial u online (no me rindo: lo haré!!) decidí llevar mi pequeña obra a una imprenta para autopublicarme. Y ya no hay vuelta atrás. Hace cuatro días recibí la maqueta, corregí algunos errores y pedí los últimos cambios en la portada. Ayer la entregamos de nuevo para su impresión. En un par de semanas tendremos los libros en casa.
Ese día os contaré lo que significa para mí todo esto, además de la manera de conseguir un ejemplar.
Besitos.

lunes, 15 de septiembre de 2014

ADIÓS ("Te robo una frase" 3ª edición)

TE ROBO UNA FRASE - 3ª EDICIÓN.
Hola:
Anoche, a las 00:00 h. comenzó la tercera edición de este juego. Este mes, la frase fue propuesta por una de las bloggeras jugadoras, K@ry. Es la siguiente:
Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando. — Julia Navarro — Dispara, yo ya estoy muerto.
Os dejo mi texto. Recordad que podéis dejar vuestro comentario al final, aquí, o en facebook. Y también podéis leer el resto de textos que participan en el juego. Besitos.


ADIÓS
No quedan palabras por decir, las hemos pronunciado todas, demasiadas veces. Los dos sabemos que ya no hay nada que hacer, que esto terminó hace meses, pero no queremos aceptarlo. Y nos aferramos a la idea de que nada llega a su fin hasta que ambos decidamos acabarlo.
Estamos tan atados el uno al otro, que no somos capaces de soltarnos, de cortar lazos, de llegar al “The end”. No sabemos qué decir porque no queremos hacernos daño. Pero es que no entendemos cómo podremos vivir separados. Será absolutamente imposible sobrevivir el uno sin el otro.
Y por fin decides que sea yo quien corte, pues no puedes soportarlo más, pero tú eres incapaz de hacerlo. No puedo creer que el corazón duela tanto y aún así, obedezco. Decides que no puedes enfrentarte a ello y yo te evito este terrible trago. Pronuncio las palabras que cuestan tanto. Lloramos, sufrimos y lentamente nos despedimos.
Pero sabíamos que no era posible: seguimos viéndonos, llamándonos, escribiéndonos, seguimos en contacto. ¿Y si pudiéramos…? Claro que eso no era lo pactado. Aunque quizás… ¡No! No nos está permitido. Y, como ambos entendemos que hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando, tú prefieres matar y yo me dejo morir. Decides ser mi verdugo antes que dejarme. Elijo ser la víctima, nunca separarme de ti.
De nuevo olvidamos que hay cosas en la vida que no se escogen: jamás seremos capaces de herirnos, pues nos amamos con desesperación. Y entonces sí: encontramos las palabras que no queríamos pronunciar. No son las de siempre, estas nos pertenecen. Sabemos que están muy dichas, pero adquieren un significado diferente en nuestras bocas: “Nunca te olvidaré”, “Siempre te amaré”, “Lo sé”, “Sé feliz, amor mío”, “Te quiero mucho”.
Ahora sí. Todo está terminado. Es el adiós.