lunes, 17 de febrero de 2020

NO SE LLAMA AMOR, de Mary Ann Geeby

¿Y qué más da si no se le llama AMOR?
¿Qué importa si no es posible?
¿Qué pasa si no es admitido, políticamente correcto o socialmente permitido?
Si pienso en ti desde que abro los ojos, cada mañana,
si como, bebo, trabajo y río, queriendo charlar contigo,
si cuento las horas para volver a verte,
si sueño despierta con dormir entre tus brazos.
¿Qué más da el nombre que tenga,
si nos dejan o no nos dejan?
Seguiré sintiendo esto
cada día que despierte.
(Mary Ann Geeby)

sábado, 15 de febrero de 2020

SERIE HERMANOS INCLÁN, de Ana F. Malory


 

SOBRE ANA F. MALORY:

ANA F. MALORY EN LAS RR SS:

Amazon: Ana F. Malory 


Twitter: @AnaFernndez3

Instagram: @anaf.malory

LA ENTREVISTA DE MARY ANN:
  
1.       ¿Quién es Ana F. Malory? Ana F. Malory es una contadora de historias sin pretensiones, que escribe por diversión, que con cada nueva novela intenta hacerlo un poco mejor con la esperanza de que el lector/a también pase un buen rato. Detrás del seudónimo, hay una mujer sencilla, a la que le encantan los animales, la buena comida y la tranquilidad; que disfruta de una buena conversación y de los paseos con su marido y su perro, pero a la que no le gusta el deporte y que en su vida diaria, sinceramente, se organiza bastante mal y, como la mayoría, sin tiempo para hacer todo aquello que le gusta o entretiene, como leer o colorear mandalas.

2.       ¿Naciste escritor o te hiciste? No, no nací escritora, no era mi meta ni siquiera un sueño, yo de pequeña quería ser bailarina de ballet, y a día de hoy tampoco me considero escritora, aficionada a contar historias mejor.
¿Desde cuándo escribes y por qué? Los números no se llevan bien con mi memoria y no sabría darte una fecha, pero no es algo que haga de siempre. Algún amago en el instituto, pero después de eso pasé muchos años sin escribir nada. Cuando volví a hacerlo fue como entretenimiento, porque tenía mucho tiempo libre y poco dinero para comprar novelas. Entonces, me dediqué una temporada a garabatear relatos en cuadernos que terminaron guardados en un cajón. Cuando descubrí internet, también me topé con el Rincón de la Novela Romántica y ese fue el detonante. Compartí en la web los relatos que tenía escritos y después escribí otro y otro… y sin pretenderlo ni buscarlo, me encontré publicando con una editorial en formato digital. Desde entonces, y aunque me lo sigo tomando como una afición, no he dejado de escribir, a mi ritmo, pero sin dejar de hacerlo ni un solo día.

3.       Háblanos de tus publicaciones y dinos en qué género las enmarcas.  Ahora mismo tengo cinco novelas publicadas y ente ellas hay de todo, histórica, time travel y contemporánea. Todas ellas son tiernas, con un puntito de humor algunas, sin tramas complicadas, pero creo que son entretenidas y por supuesto románticas. Las dos primeras (A un beso del pasado y Toda una vida), aunque son independientes, están conectadas por un personaje secundario en la primera, protagonista en la segunda. Después está la serie de los hermanos Inclán, de la que aún tengo pendiente, por diferentes motivos, la historia de Marina, la hermana pequeña de Alejandro y Pelayo. Mi última publicación ha sido Un pretendiente para la señorita Bowler, que pertenece a la serie Minstrel Valley, un maravilloso proyecto en el que quince autoras hemos escrito una novela, todas ellas independientes, pero a la vez relacionadas entre sí, y que comparten ambientación y personajes. En unos meses saldrá a la venta Alguien como tú, también histórica y después… a saber por dónde tiro, porque tengo varias cosas en mente.

4.       Como lectora, cuéntanos tus preferencias. Confieso que solo en muy contadas ocasiones leo algo que no sea romántica. Tengo tantas novelas pendientes, salen tantas cada mes, que no me da la vida para leer nada más fuera del género. Hace añoooos, cuando era jovencita, mis lecturas eran más variadas. Lo mismo leía teatro, que una novela de suspense o un clásico, pero de repente descubrí la romántica y poco a poco el resto de géneros fueron quedando relegados a un segundísimo plano. Tengo las estanterías llenas de novelas estupendas que mi marido no se cansa de recomendarme, pero nunca encuentro el momento para ponerme con ellas. Solo hay un tipo de novelas que logran hacerse un hueco entre las de romántica: las que protagonizan animales. Es ver un gato o un perro en una portada y me lanzo a por ella.

5.       ¿Qué te gustaría contarnos, que no te he preguntado? Pues no sé, porque si bien es verdad que soy muy parlanchina…, vamos, que hablo por los codos, también es cierto que no soy una persona a la que le guste hablar de sí misma. Quizá porque tampoco hay mucho que contar.

      Muchas gracias, Ana, por habernos contado tantas cositas de ti y de tus novelas.


SOBRE LAS NOVELAS:
A LA ORILLA DEL MAR.
Yo la compré aquí 

Sinopsis: Primera entrega de la serie «Hermanos Inclán».
Una mirada fue suficiente para despertar el interés de ambos. Unas horas a solas bastaron para que sus cuerpos ardieran de deseo.
Unos días juntos fue cuanto necesitaron para que sus sentimientos afloraran...
¿Había sido amor a primera vista o un simple rollo de verano?

MI OPINIÓN:
Confieso que no empecé esta novela por su portada, ni por la sinopsis, sino porque hace varios años que conozco a Ana y aún no había leído nada suyo. Se dio la circunstancia de que encontré de oferta la 2ª. Y claro, compré ésta, con el fin de leerlas en orden.
El caso es que, en un primer momento, se nos presenta a Silvia, protagonista femenina, así como a Pelayo y a Marina, sus amigos y (casualmente 😊) hermanos de Alejandro, protagonista masculino. Pues yo desde el principio, me fijé en él. Se ve que ésa era la pretensión de la autora, así que imagino que hace muy bien eso de dirigir al lector donde ella quiere.
La relación de Silvia con Alejandro me parece muy romántica. Muy de los jóvenes de hoy en día, a quienes les daría un par de tortas muchas veces, a ver si reaccionan, jajaja. Pero, sobre todo, muy real, cosa que me encanta cuando leo romántica. También es preciosa la amistad de Silvia y los hermanos de Alejandro, anterior a su romance y sólido en el tiempo.
Una de las cosas que me atrapó es que la historia se desarrolla, en gran medida, en Asturias, tierra de la que vivo permanentemente enamorada. “Pasar unos días” en esa tierra, a través de la lectura, fue casi como uno de mis viajes a mi querida comunidad vecina.
En cuanto al estilo, me gusta mucho cómo escribe Ana. Además de ser una literatura cuidada y correcta, la historia de los hermanos Inclán es ligera y fácil de leer, así como emocionante, de las que atrapan.
Quiero destacar una frase que me encantó y que muestra la fuerza de carácter de Alejandro.
—Deseabas esto tanto como yo. —No fue una pregunta. Sin embargo…
En esta historia me gusta más el personaje masculino, por su personalidad y carácter.
No dejes de leerla, porque te encantará.

ESTARÉ A TU LADO.
La compré aquí 

Sinopsis: Segunda entrega de la serie «Hermanos Inclán», iniciada con A la orilla del mar.
Todo se complica en la vida de Pelayo cuando se da cuenta que alcanzar un corazón y enamorarlo implica dejar al descubierto el de uno mismo.
Pelayo es un hombre que sabe lo que quiere, centrado, trabajador y de fuertes convicciones. Pero tiene un defecto: es un mujeriego empedernido que se rige por tres reglas inquebrantables cuando de mujeres se trata. Sin embargo, en una fiesta, descubrirá que aquella muchacha con la que ha bailado de joven ya no es la misma que él recordaba, y no dudará en usar sus habilidades para tratar de seducirla.
Miryam es enfermera en un hospital de Madrid. Tuvo una adolescencia no muy agradable que prefiere olvidar, salvo por el chico con el que intercambió unas palabras, un baile y un detalle muy galante por parte de él. Con el paso de los años, ella se convierte en una mujer segura de sí misma y con ideas muy claras, además de cuidadosa con su dieta, pues tiende a coger kilos con rapidez. El día en que festeja su cumpleaños, recibe una sorpresa inesperada: aquel joven del que se enamoró.
Ambos se reencontrarán, y mientras él irá descubriendo que las reglas se hicieron para romperlas, ella levantará las suyas propias, pues lo que quiere no es lo mismo que, cree, Pelayo busca.

MI OPINIÓN:
En este caso compré la novela porque estaba de oferta. Pero al haber leído la primera, “el cuerpo me pedía devorar a Pelayo”, jajaja… Sin embargo, no pude disfrutar de la lectura continuada, debido a factores y situaciones personales, sino que me vi obligada a aplazarla hasta en tres ocasiones.
Pero la terminé. Y la disfruté un montón. Y por ello, os la recomiendo.
Pelayo es un auténtico bombón, maravilloso personaje masculino de una preciosa novela romántica. Pero… Aishhhh… es que… a mí… ¡la que me encantó fue Miryam! Una mujer que superó sus complejos personales, que se hizo a sí misma, luchando contra los convencionalismos sociales y hasta su propia naturaleza, una joven a quien le importan de verdad los sentimientos y las personas, no los cánones socialmente convencionales. Me gusta esa mujer.
Sobre el estilo de Ana F. Malory, evidentemente no difiere mucho de la anterior. Y, aunque esta vez no me llevó a mi querida Asturias, fue un verdadero placer disfrutar de cada escena y momento.
Ahora espero con ilusión la tercera entrega, la historia de Marina, que seguro que también disfrutaremos.
¡Ah! ¿No os la he recomendado? ¡¡A por ella!! ¿A qué esperáis?

sábado, 1 de febrero de 2020

LAS LECCIONES DE LADY MARIAN


1.- Lección número uno, “LAS IDEAS”.

Esta lección viene a decir algo sencillo. Y es que, cuando dejas de vivir algo en el mundo real, si no lo has cerrado correctamente, sigues viviéndolo en el mundo de las ideas. Y claro, ahí la hemos fastidiado. Bueno, mi padre diría “la hemos jodido”, pero creo que “joder” no es una palabra políticamente correcta.


-          “¿Por qué no?”, diría él.

Aunque también tendría otras expresiones, al hilo de la palabra “joder”:

-          “Es justo y necesario”.
-          “¿Dónde es eso que tú dices?”.

Pero no vamos a irnos por las ramas, que nos desviamos del tema: estábamos en el mundo de las ideas.

La teoría de las ideas afirma la existencia de unas entidades inmateriales, absolutas, inmutables, perfectas, universales e independientes del mundo físico. Y ese es el verdadero problema de todo este “tinglao”.


1.       En primer lugar, son inmateriales. De modo que, ¿cómo podríamos incidir sobre ellas, si no es a través del pensamiento? Pero este camino, sólo da acceso a la persona que imaginó, la que ideó, que es la única que puede pensar en la imagen exacta que elaboró. Por tanto, nadie más que la persona pensante tiene acceso a dicha imagen. Y claro, normalmente, esa persona no desea acceder… así que una puerta cerrada.

2.       En segundo lugar, absolutas. Y es lo que tiene el absolutismo: que no hay verdad mayor que la misma idea concebida. Ya puede estar todo lo erróneamente pensada, que lo llevamos “chungo”. Convence a quien ideó semejante perfección de que está equivocado o equivocada. No cederá ante la demostración de que pudo partir de premisas erradas o equívocas. Y todo por la puñetera certeza que le confiere el carácter de absoluta. ¡Vamos, que lo llevamos “chungo”! (¡Te repites, Marian!)

3.       Luego viene lo de inmutables. Si son inmutables, son impasibles, son perpetuas e inamovibles. Ni un tsunami movería una sola neurona del cerebro pensante que parió semejante idea. ¡No hay huevos de cambiarla!
—Pero Marian, ¿y si probamos que las premisas no son sólidas? ¿que las bases tienen poros y no soportan semejante construcción?
Creo que por ahí no hay nada que hacer, porque estamos ante una idea. Por tanto, inmutable. Por tanto, perfecta. Por tanto, seguimos.

4.       ¡Ah, que ahora viene lo de perfectas! Las ideas son algo perfecto, sin mácula, sin fisuras o errores. Imposible encontrar la tara: no la hay.
—¿Seguro que no la hay?
Bueno, igual está escondida, no sé…
Cuando idealizamos a una persona, un lugar, una situación o un momento, no hay nada que pueda estropear la imagen que has creado de él o ella. Y no hay nada ni nadie que lo supere, porque es la perfección. Ante esta clase de ideas, es difícil hacer algo que cree conflicto. Contra ellas, no es posible luchar o ir en su contra, porque son la exquisitez suprema.

5.       Universales. ¿Te das cuenta? 
       U – NI – VER – SA – LES. 
      Ni siquiera somos capaces de entender la inmensidad que abarcan, por aquello de que el universo es infinito. Y si llegan a todo el universo, si deben ser admitidas por “todo bicho viviente”, pues lo tenemos más claro que el agua clara.

6.       Por último, independientes del mundo físico. ¡Las muy “cabronas”! ¿No te jode, que se esconden fuera del mundo físico, para que no las puedas cambiar o vencer? ¡Eso sí que es jugar con ventaja! O quizá más bien, es juego sucio. Sí, seguro que lo es.

En fin, vamos a ir concluyendo.

Si dejas de vivir algo, debes cerrarlo correctamente.
Cierra la puerta.
Da carpetazo.
Por el contrario, lo idealizarás y jamás se terminará.
Ya, ya sé que “cuesta un huevo”, pero negando la evidencia, no conseguirás nada. Debes asumir. Debes aceptar. Verbalizar las cosas.
No sirve el “¡No quiero!”. Si no quieres caldo, te tocará taza y media, así que acepta lo que es evidente y deja de idealizar situaciones que no eran perfectas.

Y ya vale por hoy, que la clase ha terminado.