sábado, 16 de noviembre de 2019

Ella (Mary Ann Geeby)


De repente un día conoces a una persona que toca tu piel. La piel de tu alma, la de tus agobios y problemas; la piel de tus risas y de tus deseos; la de las preocupaciones y hasta la de tu agenda.

Sientes que sólo quieres hablarle, aunque no pronuncies palabras. Deseas mirar sus ojos y disfrutar de sus risas. Compartir el sol o los días de tormenta. Ansías mirar sus canas y sus ganas, oír sus silencios y respirar su aliento, el aroma del deseo y la obsesión, ese olor… El momento en el que tu cuerpo toque el suyo, un roce o una caricia, sin querer o con toda la voluntad guardada durante larguísimos días y horas; siglos de deseo contenidos en un par de semanas, que se hacen al fin realidad en una sonrisa o un beso.

El resto de las personas pasan a un segundo plano, porque sólo quieres estar con ella; aquí mismo, a cientos de kilómetros; a veces, en otro huso horario, pero a tu lado (como en la canción).

No puedes ver nada más, nadie más.

No. No lo ves. Nunca lo viste.

Y es que "ella" no es yo. Yo soy "otra ella". Otra ella, que también quería eso contigo. Pero tú ya no estás disponible. Ahora sólo estás para ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario