Relato incluido en UNA FANTASÍA Y TRECE DESEOS, con el título "Juegos de sumisión y sexo".
Mayra aparcó el coche, no muy cerca de la puerta principal. Aunque no había demasiados vehículos en el aparcamiento, no quería parecer más que nadie. Y colocarlo cerca de la entrada, le daba la sensación de que llevaba esa connotación.
Mayra aparcó el coche, no muy cerca de la puerta principal. Aunque no había demasiados vehículos en el aparcamiento, no quería parecer más que nadie. Y colocarlo cerca de la entrada, le daba la sensación de que llevaba esa connotación.
Faltaban pocos minutos para la
cena de Nochebuena, pero Javier le había dicho que no debía llegar muy tarde. A
pesar de que la mansión era enorme, tendrían que acomodar a todos los
invitados. También era cierto que había confirmado su asistencia, con lo que se
suponía que ya le habían asignado uno de los cuartos. Por el mismo anfitrión,
sabía que ocuparía la número 46, en la planta más alta del edificio.
Cuando hacía unos días recibió la
invitación de Javier, dudó demasiado si era adecuado aceptar tal sugerencia. Al
quitar la llave del contacto recordó el montón de “peros” que había objetado. ¿Cómo
iba a pasar la Nochebuena rodeada de extraños? Son fiestas que siempre se pasan
en familia. Al menos en su caso, así había sido hasta el año anterior, en el
que estuvo sola en una noche tan especial.
Puta noche en la que sólo había
habido lágrimas y champán francés.
Mayra se había quedado
completamente sola, después del fallecimiento de sus padres en un accidente de
tráfico. Su hermano Dani vivía en Alemania con su preciosa familia y no era
factible viajar a España. Quedaron en que ella viajaría para fin de año, pero
al final no tuvo suficiente dinero y ninguna gana.
En esta ocasión y, aunque durante
todo el año había contemplado la idea de ir a casa de su hermano a celebrar la
Navidad, lo cierto fue que la propuesta de Dani no llegó. De modo que
técnicamente, si viajaba al país teutón, sería una auto-invitación. En la mente
de Mayra no cabía esta posibilidad, de ninguna de las maneras. Así pues, cuando
Javi le había propuesto pasar la Nochebuena con él, todos sus proyectos e ideas
preconcebidas, cambiaron radicalmente.
El chico le gustaba mucho. ¡Qué
coño, la volvía loca! Desde hacía tres meses, cada cita con él era una
oportunidad de tocar el cielo. Le gustaba tanto que estaba contemplando la
posibilidad de que esto no fuera sólo sexo.
La primera vez lo vivió como un
auténtico homenaje a su cuerpo. Y el tipo era la puñetera encarnación de Satán.
Hablando con su amiga Gema, lo había calificado como “el puto dios del sexo”.
Aqui se va a liar muy gorda!!!!
ResponderEliminarEso creo yo también. Gracias, David.
EliminarUuuhhhh promete!! Deseando saber que la espera en el salón jijiji Aunque lo de hembra... No sé yo como reaccionaría si me llamarán así XD
ResponderEliminarBesitos guapa!!
Uuuhhhh promete!! Deseando saber que la espera en el salón jijiji Aunque lo de hembra... No sé yo como reaccionaría si me llamarán así XD
ResponderEliminarBesitos guapa!!
Gracias por entrar y por tus palabras, Carmen.
EliminarLo que le espera es previsible... como Mary Ann Geeby. Aunque nunca se sabe...
Besucos.