La princesa sólo anhelaba sentirse amada. Pero desconocía en
qué erraba. Por qué cuando ella amaba, no era correspondida y al revés… Cansada
de desencuentros, harta de dar tumbos, decidió dejarse ir. Huir, marcharse
lejos, al norte…
Un día conoció al Hombre. Él hablaba de un amor más puro,
más poético. La princesa no estaba segura de ser eso lo que buscaba. Pero aquel
imán todopoderoso la atrapaba todo el tiempo. La arrastraba hacia él una y otra
vez. Sus palabras poéticas eran maravillosas, pero cuando el Hombre se dirigía
a ella, sin duda le tocaba el alma.
Aquella seguridad en sus palabras y en sus actos la tenía
hechizada. El no buscaba lo que todos… Él quería su corazón y sus sentimientos…
Él quería que ella fuera feliz, que fuera libre y que se quisiera a sí misma.
Pero su amor era elástico: cuando él venía, ella acudía; pero cuando ella se
acercaba, él se marchaba.
Un día la princesa decidió separarse de él. Ella no sabía
amar así. Sólo sabía ser apasionada y directa. Pero observó que no era capaz de
alejarse. Aquella fuerza inmensa, aquella energía, tiraba de ella y la empujaba
junto a él, una y otra vez. Médico para sus dolencias, maestro en su
ignorancia, payaso contra sus tristezas, director de su vida… Ella deseaba que
él fuera todo eso y mucho más. Pero él quería que ella se amara a sí misma, que
dirigiera su propia vida, que aprendiera de la experiencia y que fuera feliz
tan sólo por vivir.
Cada día, ese hombre invitaba a la princesa a dar gracias a
Dios y a la Vida. La convidaba a hablar con Él y a sentirse amada por el amor
eterno. Y ella buscaba en su amado el amor humano, el carnal… pero él nunca la
correspondería así. Mendigaba sus palabras, perseguía sus caricias, como una
pordiosera. Él enviaba su amor, su amistad y cariño, en forma de poemas y
flores, en forma de escritos y colores.
Un día la Princesa aprendió a vivir así. O no… lo cierto es
que no me acuerdo…
Es precioso, Mary. Precioso
ResponderEliminarMuchas gracias, Jose. Un beso.
EliminarMuy romántico, además lleva incluida una enseñanza: aprenderás mirándote al espejo cada día a amarte a ti misma. Un abrazo bombón de praliné y feliz fin de semana!
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo, Frank. Aunque no sé si aprenderé... soy muy mayor y no aprendo.... jajajajaja Un besazo, pastelito de chocolate.
EliminarMe encanta ... Sólo cuando te amas, valoras, respetas y te aceptas, estás preparada para Amar y recibir Amor. El Hombre no es egoísta y desea que la Princesa se sienta y se vea princesa, porque entonces amará y será amada con el alma y desde la esencia más pura del Universo. El amor que pide ella es efímero ...
ResponderEliminarGracias, María Jesús. Un beso.
EliminarMuy bonito primero hay que aprender a amarse a sí mismo para después amar a alguien más
ResponderEliminarGracias, Rocío.
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