sábado, 1 de febrero de 2020

LAS LECCIONES DE LADY MARIAN


1.- Lección número uno, “LAS IDEAS”.

Esta lección viene a decir algo sencillo. Y es que, cuando dejas de vivir algo en el mundo real, si no lo has cerrado correctamente, sigues viviéndolo en el mundo de las ideas. Y claro, ahí la hemos fastidiado. Bueno, mi padre diría “la hemos jodido”, pero creo que “joder” no es una palabra políticamente correcta.


-          “¿Por qué no?”, diría él.

Aunque también tendría otras expresiones, al hilo de la palabra “joder”:

-          “Es justo y necesario”.
-          “¿Dónde es eso que tú dices?”.

Pero no vamos a irnos por las ramas, que nos desviamos del tema: estábamos en el mundo de las ideas.

La teoría de las ideas afirma la existencia de unas entidades inmateriales, absolutas, inmutables, perfectas, universales e independientes del mundo físico. Y ese es el verdadero problema de todo este “tinglao”.


1.       En primer lugar, son inmateriales. De modo que, ¿cómo podríamos incidir sobre ellas, si no es a través del pensamiento? Pero este camino, sólo da acceso a la persona que imaginó, la que ideó, que es la única que puede pensar en la imagen exacta que elaboró. Por tanto, nadie más que la persona pensante tiene acceso a dicha imagen. Y claro, normalmente, esa persona no desea acceder… así que una puerta cerrada.

2.       En segundo lugar, absolutas. Y es lo que tiene el absolutismo: que no hay verdad mayor que la misma idea concebida. Ya puede estar todo lo erróneamente pensada, que lo llevamos “chungo”. Convence a quien ideó semejante perfección de que está equivocado o equivocada. No cederá ante la demostración de que pudo partir de premisas erradas o equívocas. Y todo por la puñetera certeza que le confiere el carácter de absoluta. ¡Vamos, que lo llevamos “chungo”! (¡Te repites, Marian!)

3.       Luego viene lo de inmutables. Si son inmutables, son impasibles, son perpetuas e inamovibles. Ni un tsunami movería una sola neurona del cerebro pensante que parió semejante idea. ¡No hay huevos de cambiarla!
—Pero Marian, ¿y si probamos que las premisas no son sólidas? ¿que las bases tienen poros y no soportan semejante construcción?
Creo que por ahí no hay nada que hacer, porque estamos ante una idea. Por tanto, inmutable. Por tanto, perfecta. Por tanto, seguimos.

4.       ¡Ah, que ahora viene lo de perfectas! Las ideas son algo perfecto, sin mácula, sin fisuras o errores. Imposible encontrar la tara: no la hay.
—¿Seguro que no la hay?
Bueno, igual está escondida, no sé…
Cuando idealizamos a una persona, un lugar, una situación o un momento, no hay nada que pueda estropear la imagen que has creado de él o ella. Y no hay nada ni nadie que lo supere, porque es la perfección. Ante esta clase de ideas, es difícil hacer algo que cree conflicto. Contra ellas, no es posible luchar o ir en su contra, porque son la exquisitez suprema.

5.       Universales. ¿Te das cuenta? 
       U – NI – VER – SA – LES. 
      Ni siquiera somos capaces de entender la inmensidad que abarcan, por aquello de que el universo es infinito. Y si llegan a todo el universo, si deben ser admitidas por “todo bicho viviente”, pues lo tenemos más claro que el agua clara.

6.       Por último, independientes del mundo físico. ¡Las muy “cabronas”! ¿No te jode, que se esconden fuera del mundo físico, para que no las puedas cambiar o vencer? ¡Eso sí que es jugar con ventaja! O quizá más bien, es juego sucio. Sí, seguro que lo es.

En fin, vamos a ir concluyendo.

Si dejas de vivir algo, debes cerrarlo correctamente.
Cierra la puerta.
Da carpetazo.
Por el contrario, lo idealizarás y jamás se terminará.
Ya, ya sé que “cuesta un huevo”, pero negando la evidencia, no conseguirás nada. Debes asumir. Debes aceptar. Verbalizar las cosas.
No sirve el “¡No quiero!”. Si no quieres caldo, te tocará taza y media, así que acepta lo que es evidente y deja de idealizar situaciones que no eran perfectas.

Y ya vale por hoy, que la clase ha terminado.




6 comentarios:

  1. Me gusta la idea en sí... Pero demasiado filosófico para mi gusto... Ya me conoces, bella Mary, y sabes que yo soy mucho más prosaico...

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    1. Sé que es"raruno". Gracias por leerme y comentar. Besos, Javi.

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  2. Hola...
    Me encanta que tu reflexión tenga un paralelismo con Platón. Y me gusta aún más,como la adaptas a tu pensamiento.
    Te seguiré leyendo. Mil gracias por traer la filosofía a nuestras vidas, al siglo XXI.
    Contigo siempre se aprende.

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    1. Jamás habría osado meterme en este mundo si no hubiera sido por la conversación de esta mañana. Lo sabes.

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  3. Creo que básicamente el concepto que vengo abrazando hace tiempo: fluir, aceptar y continuar. No tratar de entender o cambiar, pues lo que no viene de mi es ajeno, no me pertenece. Comprender y aceptar. Y sin embargo procurar ser y estar mejor como SER que finalmente es lo que impactará mi entorno. Saludos.🤗

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