Escuchando al gran Sabina, estos dos versos me sugirieron el siguiente poema.
El primer montaje es mío. Los otros, de Antonio Santos.
"Si él pusiera mi nombre
a todas las olas del mar,
yo...
yo...
lamería con mi espuma
la arena de su cuerpo.
Con mi lengua humedecería
el contorno de sus pies.
Y ahogaría en mí
cada pena que le oprima.
Sería su Mar(y Ann)."
Y él sería el más feliz del mundo dejándose hacer ;)
ResponderEliminarBuenas noches Mary Ann!! Un abrazo!
Ojalá...
EliminarUn abrazo, Carmen.