Hola a todos:
Ya estoy aquí
con una nueva entrega del juego TE ROBO UNA FRASE.
Este mes, la
frase con la que jugaremos es la siguiente:
Convirtió en garra la mano derecha y con ella trató de rasguñarme la cara con sus afiladas uñas. Tenía los dientes apretados y regañaba como un perro furioso. La agarré de la muñeca. —De Dashiell Hammett sacada de su novela: El hombre delgado.
Convirtió en garra la mano derecha y con ella trató de rasguñarme la cara con sus afiladas uñas. Tenía los dientes apretados y regañaba como un perro furioso. La agarré de la muñeca. —De Dashiell Hammett sacada de su novela: El hombre delgado.
AQUÍ, CONMIGO
Elena llegó a casa y encendió la tele. Era la hora justa para ver el
capítulo décimo de la cuarta temporada de su serie favorita. Se quitó los
zapatos y la ropa. Se enfundó su pijama de invierno, pues ya hacía frío. Se
preparó un descafeinado. No era cuestión de tumbarse en la cama y estar con los
ojos abiertos como naranjas hasta las tantas de la madrugada. Ya le había
ocurrido demasiadas veces. Entonces le darían las tres o las cuatro, sin poder
dormir. Y a las seis y media, cuando sonara el despertador, no habría fuerza
humana o máquina que lograra levantarla.
Además, desde que vivía sola, no tenía quien la despertara si se quedaba
dormida. Vivía sola, estaba sola, desde que él se fue, se encontraba en la más
absoluta soledad. Nadie la esperaba cada tarde para tomarse una copa, o una
café. Nadie veía ya con ella su serie favorita. Nadie le preguntaba qué tal el
día en la oficina o si el capullo de su jefe le había hecho de nuevo la vida
imposible.
Se obligó a no pensar en esas cosas. Comprobó una vez más que nadie había
llamado por teléfono en todo el día y se sentó ante la televisión. El capítulo
ya había comenzado, pero ella no sabía de qué iba hoy. Intentó poner mayor
atención y al fin pudo comprobar que una joven aterrada declaraba ante la
policía, con las manos totalmente ensangrentadas.
-
“Convirtió en garra la mano derecha y con ella trató
de rasguñarme la cara con sus afiladas uñas. Tenía los dientes apretados y
regañaba como un perro furioso. La agarré de la muñeca” – gritaba la joven, al borde de la
locura.
Se había perdido casi todo el capítulo, por lo que no era capaz de saber de
qué coño iba todo aquello. Cada tarde le ocurría lo mismo: No podía dejar de
pensar en Jaime. ¿Por qué se tuvo que ir? ¿Por qué no se quedó a intentarlo una
vez más?
-
“Un marinero, cuando las cosas van mal, no abandona el barco, Jaime. Un
marinero se queda y lucha por buscar soluciones.”
Pero Jaime no escuchó. Salió dando un portazo, totalmente envuelto en
lágrimas. Elena no podía respirar.
De repente el timbre la hizo reaccionar, sacándola de una situación
agobiante y desesperada.
-
¿Sí? – Respondió entre lágrimas, junto a la puerta.
-
Elena, cariño, soy yo. – escuchó al otro lado.
Abrió rápidamente y Jaime entró cual tsunami. La abrazó llorando a la vez
que ella hacía lo propio. Era ahí donde quería estar el resto de su vida. Éste
era el lugar en el que quería habitar hasta su último aliento.
-
Lo siento, vida mía. Fui un capullo. No puedo irme de tu lado porque te
quiero. Quiero estar aquí contigo, mi amor.
-
Aquí, conmigo. Sí, yo también quiero que te quedes en casa el resto de
nuestras vidas.
-
Aquí, contigo, mi amor.
Entraron en casa, sin soltar su abrazo. No querían soltarse jamás. No ahora
que habían conseguido pegarse completamente.
Me gusto mucho Mary Ann y la frase quedo muy bien integrada en el relato.Besos
ResponderEliminarGracias NThelma. Besos linda.
EliminarOhh qué lindo! Con final feliz♥
ResponderEliminarMe encantó Mary. Un besito!
Gracias K@ry. Yo soy muy de "fueron felices y comieron perdices"
EliminarBesito a ti, linda
Ohhhh que romántico (me recuerda la de veces que me fui de casa para no volver y lo ricas que eran las reconciliaciones... hasta que ya llegaron a aburrirla y me mandó a freír espárragos). Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja. (Lo siento Mary, tu final romántico me lo puso a huevo). Un abrazo corazón.
ResponderEliminarHola Frank. ¿Sabes? No te perdono: me has chafado mi final romántico. Así que te mandaré a freir espárragos. Bueeeeeeeeeeeeeno, lo del abrazo y "corazón" me ablandará un poquito.....
EliminarBesos
Ohhhhh, ¿por qué no me pasan cosas así a mi? Aunque tenga que pasar un rato de tristeza, si luego acaba así...
ResponderEliminarGracias mi querida Mary por jugar un mes más con semejante texto :-)
Besicos!
Gracias Ramón por tus palabras. Que conste que siempre CREO de verdad en las cosas que escribo. Gracias a ti por seguir proponiendo el juego.
EliminarBesucos.
Hermoso! Yo quiero un abrazo de esos!
ResponderEliminarGracias Patricia. Y, en cuanto al abrazo, vente para Santander y prometo dártelo en persona (aunque no llevará tanto romanticismo, lo siento...)
EliminarBesos