LA PISCINA

Hola:

Cuánto tiempo sin publicar!!! Buffff…. Lo cierto es que he estado un poco “de sequía! (Tenía a los musos en huelga “de brazos caídos”) Si a esto unimos las vacaciones familiares….

Pero ¡¡ya estoy aquíiiiii!! Jajajaja.

Hace muy poquito se me ocurrió esto de la piscina. Como diría Adrián, no tiene argumento: sólo escenas de sexo. Bueno, un poco ardiente sí que ha resultado. De todos modos, espero que lo disfrutéis.

LA PISCINA

Llegamos a la finca de tus amigos. Hace calor y salimos a la piscina con los demás. A mí no me gusta mucho, pero quiero que estés a gusto. El caso es que en un determinado momento, nos quedamos solos. Los otros han ido a dormir la siesta. Tú me propones entrar al agua, pero yo tengo algo de frío. Entonces te acercas y te propones que entre en calor. Me pides que me tumbe boca arriba y cierre los ojos. Me pides también que no me mueva. Entonces comienzas a acariciar mis brazos, al principio suave y poco a poco más fuerte. También me tocas las piernas. Lentamente me doy cuenta de que tus caricias, a lo largo mis brazos, llegan a mis hombros y bajan un poco por mi pecho, pero antes de tocar mis tetas, retroceden y vuelven a efectuar el camino de vuelta hasta mis manos. Con las piernas pasa lo mismo. Acaricias de abajo arriba y me tocas los muslos por la parte interior. Pero al llegar al lugar donde mis muslos se unen, retrocedes, dejándome temblando de deseo. Abro los ojos para suplicarte, pero tú me recuerdas que debo cerrarlos de nuevo. Yo susurro: "Por favor, Adiran..." Y tú sonríes y me dices: "Déjame a mí, dulce Miren. Yo sé lo que tú necesitas". Y me resigno a entregarme, a dejar mi cuerpo en tus manos, con todos mis deseos y necesidades.

Cuando creo que no voy a poder seguir esperando, noto la humedad que ha mojado mi traje de baño y empezará a gotear por mis piernas. 
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Fragmento del relato incluido en RELATOS ÍNTIMOS DE MARY ANN GEEBY.