Recientemente fui testigo del uso de esta palabra en nombre
de, como debe ser, la sinceridad, el honor incluso, la verdad.
Lástima que la frase definió una vez más a la persona. En nombre
de la honestidad, pronunció una serie de frases hechas, un número de chorradas
y razones absurdas para no hacer algo y “donde dije digo, digo Diego”.
También comprobé cómo mi amiga no dijo “TE LO DIJE”, pues
todo era tan evidente… Bueno, evidente para todos, pero no para mí, que creo en
las personas, tengo fe en los proyectos y en las promesas. Por eso me las
suelen dar todas en un papo.
De todos modos, hay una parte buena en esto y es que “Ya no
somos tan jóvenes”. Y como dice mi madre, “el diablo sabe más por viejo que por
diablo”. Yo es que soy un poco “diablilla”.
© Mary Ann Geeby
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