Tengo un nuevo relato. ¿Os lo explico? Bueno todo parte de una conversación con Adrián y... ¡Qué narices! Os invito a leerlo y a imaginarlo todo: la conversación previa, la decisión del regalo y el momento en sí. Y si no queréis imaginarlo todo, disfrutad del relato. Un abrazo enorme.
MI REGALO
Habíamos hablado
tantas veces de ello, y tú nunca querías. Pero esta vez, fue un regalo: no
pudiste negarte. Llegaste a casa y entraste al salón. Estabas de pie, en el
centro del salón, sirviéndote una copa cuando ellas entraron. Ambas iban
vestidas con sendos bodies preciosos: una en rojo y la otra en negro.
-
Hola, cielo, soy Ana – dijo la del body rojo.
Te fijaste
entonces en que llevaba un tanga negro de encaje, medias transparentes sin
liguero y zapatos rojos de tacón muy alto. El body era de escote bajo, por lo
que dejaba asomar sus pechos por encima del escote. Poco a poco subiste la
mirada y te perdiste en sus rizos rubios, sus labios rojos y sus ojazos azules.
Pero entonces, su amiga llamó tu atención.
-
Hola cariño, yo soy María – te dijo.
Su voz era más
aguda que la de Ana, pero igual de melosa. Ella llevaba el body negro, también
muy escotado. Sus pechos eran más pequeños que los de Ana, pero igual de
apetecibles. Seguiste el recorrido de su cuerpo hasta llegar a su tanga de seda
negro. Preciosas medias negras sin liguero y tacones negros de vértigo.
Volviste tu mirada a su cabeza: María tenía una bonita melena cobriza, sus ojos
eran verdes y llevaba los labios de color rosa muy suave, aunque con mucho
brillo.
-
Hola. Soy Adrián. Mary Ann me dijo que había una
sorpresa… - Les respondiste.
De repente, se acercaron a ti despacio, y se
colocaron una a cada lado. Cada una te besó en una mejilla, las dos a la vez,
lo que "te descolocó un poco", porque no sabías a cuál de las dos
corresponder. Esto era algo que ya habíamos hablado: una de las razones por las
que te resistías a hacer un trío con dos mujeres. Pero ellas te lo pusieron
fácil. Ana te susurró:
-
Tranquilo, cielo…
Y María terminó:
-
…Esto es para ti.
Entonces miraste
a tu izquierda y Ana se acercó a tu boca. Os besasteis. Entre tanto, sentiste
sus manos colarse por entre los botones de la camisa. Te la fue desabrochando
lentamente. A continuación, otras manos se colgaron de tu cinturón. Lo desataron
y continuaron con tu pantalón.
Terminaste el
beso y te volviste al otro lado. María estaba agachada, así que la sujetaste de
los brazos y la levantaste. Os besasteis. Notaste sus manos bajándote el
pantalón y colándose bajo tu ropa interior. Pero había otras dos que te atacaron
desde la espalda.
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Fragmento del relato incluido en RELATOS ÍNTIMOS DE MARY ANN GEEBY.
Fragmento del relato incluido en RELATOS ÍNTIMOS DE MARY ANN GEEBY.