Esa mañana él se levantó, se duchó, desayunó y se puso el chándal para bajar a caminar con el perro.
Ella se había ido temprano a trabajar, como todos los días.
Al llegar a la calle, la vio. Estaba allí, tan erguida... tan sola, aunque fuerte... Era como ella: independiente, solitaria, segura de sí misma. Y él nunca sabía cómo llegar a ella...
Sacó el móvil y la fotografió.
A continuación, se la envió por whatsapp con el siguiente texto:
Has nacido en la urbanización?. Tan bonita?
Sonrió al enviarlo.
Ella estaba absorta en su trabajo, cuando oyó el móvil. Lo cogió y abrió el whatsapp. vio la foto y leyó.
Lloró.
No recordaba cuánto tiempo hacía que él no "se acercaba" a ella.
Entonces se dio cuenta de cuánto le echaba de menos...
Demasiado tiempo...
lunes, 27 de marzo de 2017
viernes, 3 de marzo de 2017
TÚ NO ESTABAS. Y, SI ESTABAS, NO ERAS TÚ.
Te busqué al otro lado de la cama. Pero sólo había sábanas
arrugadas y una almohada sin olor. Rebusqué en la jungla de las redes sociales.
Pero tenías otros nombres… y otra manera de ser. A menudo hablé a otros oídos,
y respondieron otras bocas. Siempre con diferente tono y expresiones. Investigué
en tu vida y en tu alma, pero sólo hallé silencio.
Entendí que allí no estabas.
Y, si estabas, no eras tú.
Pues decidí comprenderte, penetrar en tu interior. Desabroché
tus razones, desnudé tu alma y desaté tus carnes. Metí mi mano en tus vísceras,
manoseé tus entrañas. Escuché, miré, toqué, degusté y olí. Pero la ausencia
mató mis ansias y la nada acabó con la búsqueda.
Era verdad que no estabas.
Y,
si estabas, no eras tú.
Y yo me marché llorando, entre sueño y fantasía. Y busqué
otro amor inmenso que curara mis heridas. Encontré muchos amantes y muchos
falsos amigos. Pero no tuve bastante porque no estabas conmigo. Me escondí en
la soledad, donde me sentía bien. Y de nuevo te busqué, pero fracasé otra vez.
Pues fue cierto que no estabas.
Y, si estabas, no eras tú.
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