Pedí a mi gran amigo Antonio que me ayudara con el tema de las fotos y él, que es un encanto, me ha regalado ésta. Gracias, mi gran amigo. La de luna creciente es de google, pero si consigo una propia, la cambiaré.
También la tenemos ahora en vídeo, en youtube. Para poder escucharla y ver las imágenes, pulsar en el enlace.
Aquella tarde me quedé cautiva de tu belleza, mirándote en el cielo
estrellado. Imposible apartar mis ojos de ti sin sufrir semejante pérdida. Al inicio
tan blanca, tan redonda y grande. Después de varias vueltas, las agujas del
reloj debieron clavarse en ti, pues comenzaste a teñirte de grana y pasión. Por
la noche, tu fulgor quedó pleno de
misterio.
Recuerdo el amanecer, seguías osada en el cielo. El dios sol queriendo
desterrarte de tu lugar y tú, desobediente y orgullosa, permanecías inmóvil en
medio del firmamento. Tardaste aún varias horas en descender de tu trono. Y de
nuevo a la noche siguiente reclamaste tu atención.
Recuerdo el ocaso de ayer, tan humilde y vergonzosa. Semejabas una uña
del pulgar, aunque tu embrujo allí estaba. Extrañamente alumbrabas, a pesar de
tu tamaño. Y nada hacía temer que desaparecieras temprano.
Luna que, por la mañana, aún lucías en el cielo. No quisiste retirarte
cuando el brillante rey despertó. Seguías reivindicando aquel puesto que
ocupaste con honor.
Y cada día del siglo, del lustro, del año o mes, podremos seguir
disfrutándote, precioso satélite nuestro. Dominando las mareas, las plantas y
hasta las hembras. Seguirás ahí arriba, siendo blanca, brillante y linda y
pareciendo una diosa.
Luna inmensa que incluso cuando eres nueva y re escondes sigues dominando nuestras vidas.
ResponderEliminarExcelente poesía, sigue dándonos estas maravillas, Mary.
Un beso
Gracias Antonio. Gracias de verdad. Eres un grandísimo amigo. Sigue dándome tu amistad, tus imágenes, tu experiencia y tu optimismo. Gracias
EliminarNo puedo darte ni una mínima parte de lo que te mereces por darnos la oportunidad de leerte, de sentir en tus letras. Un beso Mary
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